'LOS PAPELES DE GINEBRA'

El ex marido de Corinna acompañó a Juan Carlos I en la cacería de Botswana

Montaje de Corinna y su ex marido Philip Adkins.
Montaje de Corinna y su ex marido Philip Adkins.
Luis Balcarce

El estadounidense Philip Adkins, primer marido de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, estuvo presente en la famosa cacería de Botswana en abril de 2012 que desencadenó la caída en picado de Juan Carlos I y su posterior abdicación. Adkins es la persona que aparece en los papeles de Ginebra como beneficiario de un pago del Rey Emérito desde una ‘offshore’ de 145.458 euros a cuenta de viajes del ex monarca en avión en privado y hoteles de lujo pagados previamente por el norteamericano para ocultar el rastro del dinero.

El norteamericano, padre de su hija Nastassia, mantenía una excelente relación tanto con Corinna, pese a haberse separado de ella en 1994, como con el entonces Rey de España.

En la cacería africana, Corinna llevó a su hijo Alexander, fruto de su matrimonio con Casimir Sayn-Wittgenstein-Sayn. La intención era que el niño disfrutara del safari en buena compañía ya que para aquel entonces ella ya había roto su relación sentimental con el Rey Emérito. Así lo reconoció ella misma: “Seguíamos siendo amigos y el Rey Emérito se había convertido en alguien importante en la vida de mi hijo. El viaje se nos presentó como un regalo para mi hijo, que no había estado en un safari antes. Viajé con él para supervisarle y a petición expresa del Rey Emérito. Mi ex marido, Phillip Adkins, quien se había hecho muy amigo del Rey Emérito, también viajó con nosotros”.

El primer marido de Corinna recordaba así la cacería en una entrevista: «Era un viaje de familia y amigos. El empresario sirio Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el rey. Era, sobre todo, el viaje de dos personas mayores que querían estar en la selva juntos, probablemente por última vez en su vida, hablando frente al fuego. Yo estaba allí porque conozco muy bien África y porque Corinna había querido llevar a su hijo pequeño. Tengo una excelente relación con el niño, era la primera vez que él iba a un safari y ella se sentía más segura si yo estaba allí», afirmó a Vanity Fair.

La filtración de la cacería

Aquella cacería se convirtió en una maldición tanto para la princesa alemana como para Juan Carlos I.  El accidente del Rey  —se rompió la cadera— y el caso Urdangarin sirvieron para precipitar los acontecimientos acelerados por un garganta profunda de la Casa del Rey o del CNI que filtró a los medios de comunicación la presencia de Corinna durante la cacería de Botswana.

Corinna afirmó en una entrevista exclusiva a OKDIARIO que detrás de la filtración de la noticia de la cacería —que sería un punto de inflexión en la vida del ex monarca— estaba nada menos que el general y ex director del CNI, Félix Sanz Roldán: «El viaje de Botswana no se filtró al público por medios normales ni convencionales, es decir, normalmente un paparazzi hace una foto, o alguien se va de la lengua y de pronto tienes una noticia que explota en los medios internacionales. En este caso el viaje se filtró a propósito, como admitió el mismo general Sanz Roldán. Sus palabras fueron: «Lo filtramos», cuando hablamos aquí en este hotel. No sé si ese plural era un plural mayestático, si quería decir «el general y el CNI», o «el general y miembros de la Casa Real», o «el general y el Gobierno de España»».

Una afirmación que ratificó en las conversaciones que mantuvo con el comisario Villarejo desveladas por OKDIARIO: «Nunca se han dado cuenta de que este tipo de información del viaje a Botswana no he sido yo. Generalmente son las mujeres que conocen la información para coger el poder. Al contrario: esto lo han sacado ellos para ponerle [a Juan Carlos I] sujeción …”.

Cuando la ex compañera sentimental de Juan Carlos I menciona a “ellos” se está refiriendo a todo el entorno del entonces monarca en la Casa del Rey y del responsable de los servicios de inteligencia. Está hablando de su equipo de confianza: el diplomático Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey (2011-2014), al periodista Javier Ayuso, responsable de Comunicación (2012-2014) y al director del CNI Félix San Roldán (2009-2019).

“Han hecho todo lo posible y todos los días (para la ruptura) y lo han conseguido. Juan Carlos me ha dado pena porque mis hijos lo adoran. Para mí ha sido una persona importantísima en mi vida y me da mucha tristeza no tener contacto con él. Llegar a una situación que ha sido muy manipulada. Si él mañana necesitara cualquier cosa estaría a su lado”. Según su testimonio ante notario, fue a raíz del escándalo de Botswana cuando se enteró de que “la estaban siguiendo agentes del CNI, sobre todo en un viaje a Brasil que tuvo lugar en los últimos días de abril de 2012”.

Tal como publicó OKDIARIO, existieron documentos, correos electrónicos y mensajes telefónicos que prueban una operación del espionaje español encaminada a recuperar los documentos que conservaba la princesa alemana y que afectaban a los negocios internacionales de Don Juan Carlos, entonces Rey de España.

Sanz Roldán destinó dinero de los fondos reservados de los servicios secretos para amenazar a Corinna Sayn-Wittgenstein y ‘limpiar’ su casa de documentos comprometedores sobre los negocios corruptos de Juan Carlos. La princesa mantuvo ante notario que todo aquel proceso fue “bastante angustioso y confuso” y que tenía muy claro que sólo necesitaba «protegerse de Sanz Roldán”.

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